El porvenir político mexicano tendrá en los resultados de las próximas elecciones una más clara definición. En 2018, se alcanzó el poder para comenzar una transformación profunda del país en los ámbitos económico y social, como no se apreciaba en décadas. En aquel año, culminó, en el plano político electoral, un sistema de apariencias pluralistas sustentado en acuerdos y acomodos políticos del binomio PRI-PAN, que tuvo como invitado y comparsa menor desde 2012 al PRD. Los cambios legales, impulsados básicamente por ese binomio, nunca alteraron el modelo de competencia.
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