Los puercos tuvieron varios reveses esta semana en Yucatán. Primero, y después de más de cinco años de lucha, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) confirmó la suspensión de la empresa Producción Alimentaria Porcícola (PAPO), la cuál se ganó por un amparo promovido por seis niñas y niños de Homún, comunidad maya que se organizó para salvaguardar la Reserva Geohidrológica Anillo de los Cenotes
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