Las voces e imágenes se difundieron profusamente por las redes sociales: personas preocupadas grabaron videos mostrando la extensión e intensidad de los incendios forestales en la Sierra Tarahumara. Se hizo conciencia. Luego, empezó a llover. Pero el incipiente temporal no debe desviar la atención del problema estructural de la devastación del ambiente en esta zona, pulmón de los desiertos chihuahuense y sonorense y hábitat de varios pueblos originarios, sobre todo los rarámuris.
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