El desaseo realizado al registrar a las familias que llegaron de Centroamérica solicitando asilo para librarse de la violencia y el acoso en sus países de origen, y la forma aberrante en que se separó a padres e hijos, ha causado zozobra, desesperación y muchas lágrimas en esas familias e incredulidad y coraje en quienes presenciaron las escenas de menores suplicando que no los separaran de sus padres.
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