La política migratoria mexicana ha cambiado abiertamente: ahora mira hacia el norte y se acomide a los dictados de Washington, traduciendo al español en la frontera sur de México los lineamientos recibidos en inglés. La retórica oficial, como es usual, trata de explicar y justificar lo que está a la vista, mediante una narrativa gubernamental que arguye proteger a los buscadores de llegar a tierra estadunidense al obligarlos a permanecer en el sur mexicano o, abiertamente, al deportarlos a sus países de origen.
de La Jornada: Política http://bit.ly/2IUfTX1
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