Hasta ahora, nada le ha funcionado positivamente al segmento que se opone al presidente Andrés Manuel López Obrador. Ese polo de la realidad nacional ha buscado banderas que le propicien movilización y discurso, ha enfatizado fallas presuntas y reales de su objetivo en mira, ha utilizado mecanismos mediáticos y políticos para potenciar su descontento (como lo hacen todas las formaciones políticas en la arena moderna de combate que se constituye con medios convencionales e internéticos) y ha aspirado a marchas y manifestaciones multitudinarias que refrenen a su desbordado e imperioso adversario de origen tabasqueño.
de La Jornada: Política http://bit.ly/2ZC98Pi
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