El apocalíptico año 2020 no sólo tiene el jinete del Covid-19, también el del cambio climático. Con ropas de sequía recorre el inmenso cuadrante de Norteamérica, desde Oregon y Montana, en Estados Unidos hasta Baja California, Sonora y Chihuahua, en México. Los enfrentamientos por el agua en este último han sido la constante desde finales de 2019. La presencia de la sequía más fuerte de los últimos años ha atizado los conflictos, ha introducido nerviosismo y dificultado el diálogo entre productores y gobierno, todo esto agravado por la enorme presión de Donald Trump sobre el gobierno de nuestro país para que se le pague el agua según lo estipulado por el Tratado Internacional de Límites y Aguas de 1944.
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