Con Sylvia Navarrete es fácil reír, bailar, ser feliz. Entra a la sala como un soplo de aire y la atmósfera se adelgaza en torno suyo. Su falda floreada sobre sus piernas ágiles gira mientras ella cuelga una tela en el Museo de Arte Moderno. Todo eso sucedía cuando era directora del Museo de Arte Moderno en Chapultepec, y era un gusto verla subir y bajar escaleras y atravesar las salas con la misma alegría que da la inteligencia y la capacidad de tomar buenas decisiones.
de La Jornada: Política https://ift.tt/35W7ax4
No hay comentarios:
Publicar un comentario