La violencia por motivos electorales en el Valle del Yaqui no es nueva. El artero asesinato de Abel Murrieta en Ciudad Obregón, candidato a alcalde del municipio de Cajeme por Movimiento Ciudadano, no es un hecho desligado de la violencia social y política que impera en ese municipio sonorense. El antecedente más inmediato de violencia electoral en esa demarcación fue otro crimen, éste contra Eduardo Castro Luque, diputado electo por el PRI en 2012, asesinado por su propio diputado suplente, Manuel Alberto Fernández Félix, joven que pretendió quedarse con la diputación de Castro Luque, a dos días de tomar posesión del cargo.
de La Jornada: Política https://ift.tt/3wBhbf9
No hay comentarios:
Publicar un comentario