A tres semanas del triunfo electoral, entre festejos y premuras, ya se asoman las problemáticas de fondo que si bien no fueron creadas por el virtual presidente electo Andrés Manuel López Obrador (AMLO), a su gobierno corresponderá enfrentarlas y, eso esperamos, resolverlas. Ya opera o lo anuncia así, el virtual gabinete, incluso sus mensajeros. Dentro del campo minado en que se ha constituido el país, destaca el caso del nada virtual Nuevo Aeropuerto Internacional de Ciudad de México (NAICM). Tema que en campaña electoral abordó AMLO, con una disminución gradual de la beligerancia. Primero nada de aeropuerto y oferta de sede alterna, y luego abriendo las posibilidades al mismo si se concesiona y, por tanto, no se aplica dinero público. En los hechos la construcción avanza. En todo ello no se incluyó la dimensión social y ambiental. Resulta que esa zona, la cuenca de Texcoco, estado de México tiene características especiales, entre muchas de ellas el hecho de que el suelo es lacustre. Pero también excluyó, el aún gobierno, a la gente, a los pueblos que la han habitado desde tiempo inmemorial y ahí radica precisamente, uno de los núcleos de resistencia más emblemáticos, como es el Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra (FPDT), el cual ya hizo plantón frente a las oficinas de la colonia Roma y, sin lograr hablar con AMLO, entregó una carta donde emplaza a un diálogo. Su lógica es correcta, al afirmar, si ya se reunió con Enrique Peña Nieto y los empresarios, corresponde que ahora nos escuche.
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