Tanto se enredó Claudia Sheinbaum en fijar su posicionamiento respecto a las protestas en la Ciudad de México por la violencia contra mujeres y por la desatención institucional a la gravedad del tema, que este domingo terminó reconociendo de manera indirecta lo insostenible de sus posturas, al anunciar que la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México no abrirá carpetas de investigación por los delitos que se hubieran cometido en edificios públicos, propiedades del Metrobús y monumentos como el Ángel de la Independencia ni contra activistas o quienes arrojaron diamantina rosa al secretario de Seguridad Ciudadana, pues aseguró, no se va “a criminalizar la protesta social”. La acción penal sólo se concentrará, según este giro de la jefa de Gobierno de la capital del país, en las agresiones contra periodistas.
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