No sólo la amenaza del coronavirus obligó al confinamiento en las regiones indígenas, también las incursiones armadas del crimen organizado orillaron a habitantes nahuas de Chilapa, Guerrero, a replegarse en su territorio y buscar refugio en comunidades vecinas. La fecha fatídica fue el 27 de enero de 2019, cuando la policía comunitaria de los pueblos fundadores del Rincón de Chautla repelió una agresión del grupo delincuencial Los Ardillos, que intentaba ingresar a ese poblado para tomar el control de las localidades en resistencia. Pese al sangriento saldo (20 personas asesinadas) las investigaciones ministeriales no prosperaron. Todo quedó en manos del grupo armado, para cobrar venganza a su manera.
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