La captura de Servando Gómez La Tuta, el líder de Los caballeros templarios –el cártel que aterrorizó el estado occidental de Michoacán durante años– es un nuevo golpe de efecto del gobierno mexicano en su intento por reducir la lista de los capos más buscados, pero nadie espera que la violencia o el narcotráfico disminuya con su detención.
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