Nada le importa al ocupante actual de Los Pinos que en diversas encuestas de opinión aparezca un alto índice de reprobación a su ejercicio gubernamental. Él no está dedicado a la frivolidad (es decir, la de las encuestas) y lo único que desea es servir bien a la patria, sin más recompensa, premio, aliento o reconocimiento metálico que la satisfacción del alto deber cumplido. Todo un estadista, pues, al que no encandilan los oropeles de la falsa fama ni la consecución de “logros personales” (sean casas o no, que a fin de cuentas tales bonos inmobiliarios serían lo menos cuantioso). Y ya encarrerado en esa entrevista al término de una gira por Tlaxcala, en la que habló de que él no trabaja ni dedica su empeño a colocarse “medallitas”, sentenció, con la vista tendida en el horizonte histórico que desde ahora adivina áureo y benevolente para su obra: “hoy no me ocupa, a final de cuentas, revertir o mejorar índices de popularidad; lo único que me interesa es que a México le vaya muy bien”. Ah.
De La Jornada: Política http://ift.tt/1E9zs5v
De La Jornada: Política http://ift.tt/1E9zs5v
No hay comentarios:
Publicar un comentario