Un migrante hondureño murió frente a su hija de 8 años cuando policías de la Agencia de Investigación Criminal de Coahuila, pertenecientes a la Fiscalía General del Estado (FGE), dispararon contra un grupo de al menos 10 centroamericanos que dejaron la Casa del Migrante de Saltillo con la intención de tomar el ferrocarril para llegar a la frontera con Estados Unidos.
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