La propuesta del Presidente de la República para reordenar el calendario escolar, eliminar los puentes por los días festivos y volver a las celebraciones, o mejor dicho suspensiones en las fechas históricas específicas, no deja de ser un asunto mediático que desenfoca del debate público posterior la esencia del modelo educativo de la Cuarta Transformación (4T). La historia contenida en los programas oficiales y toda la liturgia escolar que la refuerza mediante los actos cívicos, las efemérides, los periódicos murales, los nombres de las escuelas y el calendario de celebraciones nacionalistas, aún son parte de un proceso legitimador de los poderes fácticos y de la neocolonización monocultural de las élites criollas para salvaguardar los intereses del capital trasnacional.
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