A mediados de 1990 conocí a Mario Villanueva, presidente municipal de Benito Juárez, cuya sede administrativa es Cancún. La licenciada María Cristina Castro (hija del inolvidable Juventino Castro, integrante de la Suprema Corte de Justicia de la Nación), me recalcó la importancia de reunirme con él, pues entre las prioridades de su administración destacaba un crecimiento menos depredador de Cancún y su franja litoral. María Cristina tenía a su cargo la planificación municipal y se le recuerda por su conocimiento en la materia y honradez.
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