Las casas de deportes, Deportes Martí e Innovasport, se vaciaron. Llegaron los boyardos y barrieron con todas las tiendas de acampar disponibles, pero eso sí, que fueran de colores. Ya antes se habían aprovisionado de globos, cornetas y espantasuegras. ¿De qué se trataba? Pues de echarse un reventón a la salud de la democracia, del bien común, de oponerse a lo que fuera, no interesa, pero que hubiera reve.
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