La presencia de Felipe Ángeles emerge de la oscuridad y del olvido a 100 años de su sacrificio. “Delgado, de buena estatura, moreno pálido, con nobles ojos que expresaban compasión y voluntad de entender” (R. King). Fue educado en el Colegio Militar, intelectual, culto, el único alto oficial del Ejército federal que se mantuvo leal a Francisco I. Madero y el único que se unió a la Revolución, tenía fama de incorruptible, no toleraba la crueldad ni la injusticia de sus soldados, y, no ejecutaba a los oficiales y soldados de las fuerzas contarías como era común entre las demás fuerzas revolucionarias.
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