La detención de Genaro García Luna ha sido un platillo de espectacular confección que ha llegado a la principal mesa de Palacio Nacional justamente cuando el primer defraudador electoral de Andrés Manuel López Obrador, el entonces panista Felipe Calderón Hinojosa, puja en pos de hacerse de su propio partido (familiar) y pretende (¿pretendía?) convertirse en el máximo contrapeso del político tabasqueño que ahora tiene el poder presidencial.
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