Durante décadas, las élites mexicanas (y de otros países) mantuvieron una postura de desatención y censura a las denuncias de los abusos sexuales de Marcial Maciel, quien terminó caracterizado como un monstruo de maldad (caracterización utilizada aquí para ir de acuerdo con los parámetros utilizados por las mencionadas élites), inocultable e indefendible ahora aun para sus propios seguidores obcecados.
de La Jornada: Política https://ift.tt/373lJOx
No hay comentarios:
Publicar un comentario