Como parte del programa Quédate en México, Katy fue obligada a esperar en Ciudad Juárez, Chihuahua, a que una corte migratoria de Estados Unidos definiera su solicitud de asilo para ese país. En julio de 2019, la secuestraron mientras viajaba en un taxi y su familia tuvo que pagar un rescate de mil dólares. Al ser liberada, fue amenazada por los criminales: si denunciaba, la asesinarían.
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